Los períodos sensibles según Maria Montessori: la clave del aprendizaje
Descubra los 6 períodos sensibles identificados por Maria Montessori y actividades adaptadas para acompañar a su hijo entre 0 y 6 años. Una guía práctica para fomentar su aprendizaje natural y su desarrollo personal.
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Los períodos sensibles son uno de los conceptos fundamentales de la pedagogía Montessori (te invitamos a leer nuestro artículo sobre Maria Montessori si no lo has hecho!). Representan fases transitorias en el desarrollo infantil durante las cuales el niño muestra un interés natural e intenso por ciertos aspectos de su entorno. Maria Montessori los comparó con un faro interior que guía a los niños en su desarrollo.
Estos períodos, que se manifiestan desde el nacimiento hasta los 6 años, permiten a los niños adquirir habilidades esenciales, como el lenguaje, la coordinación o las interacciones sociales, de forma espontánea y con alegría. Son ventanas únicas de aprendizaje: una vez cerradas, resulta más difícil para el niño desarrollar estas capacidades.
El papel de los padres y educadores es observar estos momentos sensibles y ofrecer un entorno adaptado que respete el ritmo y la curiosidad natural de cada niño. A continuación, exploramos los 6 períodos sensibles identificados por Maria Montessori, junto con actividades prácticas para acompañar a los niños en cada etapa.
1. El período sensible del lenguaje (fase prenatal a 6 años)
Desde el nacimiento, los bebés muestran fascinación por los sonidos y las palabras. Absorben de manera natural los idiomas de su entorno, modelando sus cuerdas vocales y su oído de forma inconsciente y sin esfuerzo. Poco a poco, reproducen estos sonidos y empiezan a hablar. Alrededor de los 3 años, perfeccionan el lenguaje y desarrollan el pensamiento abstracto, estableciendo relaciones entre palabras, frases y su estructura.
Actividades:
Juegos de rimas y canciones infantiles para enriquecer el vocabulario.
Lectura de historias sencillas para fomentar la escucha y la expresión.
Tarjetas Montessori de nomenclatura para asociar palabras con imágenes.
2. El período sensible del movimiento (0 a 4 años)
Durante esta fase, el niño desarrolla su motricidad gruesa (caminar, correr) y fina (manipular objetos pequeños). Según Montessori, el movimiento es la expresión del pensamiento. Cuando un bebé se mueve o manipula un objeto, expresa un deseo o una voluntad incipiente. La prehensión (el acto de agarrar) es, para Montessori, el inicio de la comprensión.
La pedagogía Montessori subraya la importancia de un movimiento ordenado y con propósito. No se trata de un libre albedrío total: las actividades deben tener un objetivo significativo para canalizar la energía interior, uniendo cuerpo y mente.
Actividades:
Puzles sencillos para desarrollar la coordinación ojo-mano.
Juegos de motricidad libre pero estructurada, como caminar sobre una línea trazada en el suelo.
Talleres de trasvase con semillas o agua para trabajar la precisión.
3. El período sensible del orden (in utero a aproximadamente 4 años)
Desde su nacimiento, los niños tienen una necesidad innata de orden y constancia en su entorno. Este orden externo les proporciona seguridad y favorece su comprensión del mundo. Organizan su espacio y su tiempo, creando referencias que les permiten observar, manipular y construir su identidad de manera armónica.
Actividades:
Guardar los juguetes en cestas específicas para cada categoría.
Actividades de clasificación por color, tamaño o forma.
Establecimiento de rutinas y rituales diarios, como preparar la merienda juntos.
4. El período sensible de los objetos pequeños (1 a 2 años aproximadamente)
Durante esta etapa, los niños se sienten atraídos por los detalles y los elementos pequeños de su entorno, ya que todavía no han desarrollado una visión global. Esta fascinación estimula su concentración y les ayuda a refinar sus habilidades motoras. Montessori destaca la importancia de la precisión y la exactitud en este período.
Actividades:
Bandejas Montessori con objetos para manipular (botones, cuentas).
Observar y nombrar pequeños elementos de la naturaleza (hojas, insectos).
Juegos de asociación entre objetos miniatura y sus imágenes.
5. El período sensible del refinamiento sensorial (in utero a 6 años)
Los niños exploran su mundo a través de los sentidos: tacto, vista, oído, gusto y olfato. Este período les permite entender las sutilezas de su entorno y desarrollar su inteligencia, pensamiento lógico y razonamiento matemático. Alrededor de los 3 años, comienzan a clasificar objetos según criterios precisos, como tamaño o color.
Actividades:
Talleres sensoriales: telas de distintas texturas, olores para identificar.
Juegos sonoros: campanillas, maracas, cajas de sonidos.
Introducir alimentos variados para estimular el sentido del gusto.
6. El período sensible del desarrollo social (2 a 6 años)
En este momento, el niño comienza a interactuar con los demás y a absorber normas sociales, costumbres y comportamientos. Alrededor de los 3 años, busca crear interacciones y, a partir de los 6 años, se interesa más por actividades grupales. Las normas son esenciales para satisfacer sus necesidades y ayudarles a gestionar sus emociones o resolver conflictos de forma autónoma.
Actividades:
Juegos de rol para desarrollar interacciones sociales (mercado, cocinero).
Actividades colaborativas en grupo pequeño, como crear un mural o preparar una receta.
Cantar en grupo para fomentar la cooperación y la escucha.
¿Por qué apoyar los períodos sensibles?
Al responder a las necesidades específicas de cada período sensible, ayudamos a los niños a desarrollar habilidades esenciales respetando su ritmo natural. La pedagogía Montessori demuestra que, cuando se acompaña a los niños en estas etapas, ganan en confianza, autonomía y alegría por aprender.
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Los períodos sensibles Montessori: claves para el aprendizaje infantil
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